Los esguinces son lesiones comunes que afectan a los ligamentos, es decir a los tejidos que unen los huesos entre sí. Pueden ocurrir en cualquier articulación del cuerpo, pero son más frecuentes en tobillos, rodillas y muñecas. El tratamiento adecuado de un esguince es crucial para una recuperación exitosa. Aquí te damos una guía para la recuperación de las esguinces.
Las lesiones ligamentosas se dividen en tres grados, cada uno con sus características distintivas.
- En el Grado 1, se experimenta una distensión ligamentosa que se manifiesta con dolor focalizado en la zona afectada, leve impotencia funcional, tumefacción moderada y la ausencia de inestabilidad.
- El Grado 2 implica una rotura parcial de las fibras ligamentosas, caracterizada por un dolor más intenso, significativa tumefacción y una ausencia considerable de inestabilidad.
- En el Grado 3 se presenta una rotura total del ligamento, con una inestabilidad evidente en la articulación, tumefacción y una impotencia funcional significativas. Aunque puede no haber dolor, el tratamiento implica un reposo absoluto, limitación extrema de actividades, terapia de frío continua, compresión y medicamentos según la indicación médica. En situaciones más severas, puede ser necesaria una intervención médica.
Tratamiento
El tratamiento básico se basa en reposo, hielo, compresión, elevación y analgésicos.
Reposo: El primer paso para tratar un esguince es darle tiempo al ligamento afectado para que se recupere. Evita actividades que puedan agravar la lesión y permite que el cuerpo inicie el proceso de recuperación.
Hielo: La aplicación de hielo ayuda a reducir la hinchazón y aliviar el dolor. Utiliza una bolsa de hielo envuelta en una toalla y aplícala en la zona afectada durante 15-20 minutos cada 2-3 horas.
Compresión e Inmovilización: El uso de una venda elástica proporciona soporte y ayuda a reducir la hinchazón. Asegúrate de que la compresión sea firme pero no demasiado apretada para evitar problemas circulatorios. Además puedes utilizar dispositivos de soporte, como una férula o un vendaje, según las indicaciones de tu médico, para ayudar a estabilizar la zona afectada durante la recuperación.
Elevación. Mantén la extremidad afectada elevada por encima del nivel del corazón siempre que sea posible. Esto contribuye a reducir la hinchazón al mejorar el flujo sanguíneo y la circulación linfática.
Medicamentos: Los medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINEs), como NOTTS DorAliv, ibuprofeno de 400 mg o 600 mg, ayudan a reducir el dolor y la inflamación. Sin embargo, siempre es aconsejable consultar a un profesional de la salud antes de iniciar cualquier tratamiento.
Rehabilitación: Una vez que el dolor y la hinchazón disminuyen, es esencial comenzar con ejercicios de rehabilitación. Estiramientos y fortalecimiento específicos ayudarán a restaurar la función y la fuerza del área afectada.
Recuperación
La recuperación de un esguince puede variar en función de la gravedad de la lesión. Es crucial seguir las indicaciones médicas y no apresurar el retorno a las actividades normales. La paciencia y el cuidado adecuado son clave para una recuperación completa. Con esta guía para la recuperación, siéntete mejor. Si experimentas un aumento del dolor o la hinchazón, o si no observas mejoría, busca atención médica de inmediato.
Consulta a tu médico si persisten las molestias.
NOTTS, alivio ante todo.
Fuente: Universidad de Chile
